Empresario estadounidense presenta un desafío mundial multimillonario (en USD) para soluciones innovadores para la enfermedad de Alzheimer

Premios Oskar Fischer incubados por la University of Texas at San Antonio
SAN ANTONIO, (informazione.it - comunicati stampa - servizi)

Con el fin de ampliar la comprensión y la explicación de la enfermedad de Alzheimer, el empresario estadounidense James Truchard ha realizado una donación de 5 millones de USD a la Facultad de Ciencias de la University of Texas at San Antonio (UTSA) para que se establezca el Proyecto Oskar Fischer. La iniciativa involucrará a las mentes más brillantes del mundo en una revisión integral de literatura con el fin de sintetizar esa información en una explicación simple de la causa de la enfermedad de Alzheimer. El desafío se anunció hoy durante la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia, un encuentro internacional de casi 30 000 científicos que se celebra hasta el 7 de noviembre en los Estados Unidos.

Truchard, presidente jubilado y director ejecutivo de la compañía de tecnología con sede en los Estados Unidos National Instruments, conceptualizó y estableció el Proyecto Oskar Fischer para involucrar a las mentes más brillantes del mundo. El desafío otorgará hasta 4 millones de USD en premios Oskar Fischer, incluido un gran premio de 2 millones de USD, dos premios de segundo puesto de 500 000 USD cada uno y cuatro premios de tercer puesto de 250 000 USD cada uno. En conjunto, los premios monetarios son los más grandes del mundo de su tipo.

A través de la investigación personal, Truchard, de 75 años, conoció la obra de Oskar Fischer (1876-1942), un pionero judío en neurociencia que estudió la demencia al mismo tiempo que Alois Alzheimer. En 1900, Fischer comenzó a trabajar en la universidad alemana Charles University, con sede en Praga. Su investigación condujo a la identificación de placas seniles (en aquel entonces llamadas placas neuríticas), las lesiones distintivas de la enfermedad de Alzheimer.

Fischer planteó la hipótesis de que las placas estaban asociadas con la presbiofrenia, en ese entonces caracterizada como una forma de demencia senil marcada por la pérdida de la memoria, distorsiones en la memoria y desorientación. Publicó los casos de 12 pacientes con placas y ovillos, cadenas de proteínas que aparecen durante la enfermedad de Alzheimer, en 1907, el mismo año que Alzheimer publicó el caso de un paciente con inicio anticipado de la enfermedad que lleva su nombre.

Fischer se quedó en la universidad alemana hasta que fue retirado en 1939. Dos años más tarde, lo enviaron a Theresienstadt en Terezín, una estación intermedia para Auschwitz y Treblinka. Murió en 1942, incapaz de sobrevivir a las rigurosas condiciones del campo de concentración.

“Ha pasado un siglo desde el trabajo trascendental de Oskar Fischer, y se han gastado decenas de miles de millones de dólares en todo el mundo en la investigación y posibles curas. Se han publicado más de 130 000 documentos de investigación y aún no se ha encontrado una explicación y cura definitivas para la enfermedad de Alzheimer”, dijo Truchard. “Debemos mirar a la enfermedad de Alzheimer como un gran rompecabezas complejo al que le falta una pieza. Necesitamos a una persona brillante que pueda tomar todas las piezas y considerar lo que ofrece cada una, y luego desarrollar una explicación que encaje porque reúne a todas las piezas y arma todo el rompecabezas”.

Según el Informe Mundial sobre el Alzheimer 2018 realizado por Alzheimer’s Disease International (ADI), se calcula que 50 millones de personas en todo el mundo viven con demencia a un costo de 1 billón de USD para la economía mundial. Se espera que la población al menos se triplique antes del año 2050, según la ADI, que también informa que la proporción mundial de publicaciones sobre trastornos neurodegenerativos en comparación con el cáncer es solo una de cada 12.

“El Proyecto Oskar Fischer adoptará un enfoque de nuevos sistemas para la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, basado en la obra iniciada por Oskar Fischer hace más de un siglo”, dijo George Perry, científico principal del UTSA Brain Health Consortium. “Con la generosa donación de Jim Truchard se creará un foro internacional para evaluar ese trabajo y elaborar una explicación que contribuirá a la comprensión de la enfermedad por parte de la sociedad”.

La University of Texas at San Antonio, líder mundial en la investigación de salud cerebral, incubará el desafío de dos años. En el UTSA Brain Health Consortium, 38 de los científicos más brillantes de la nación participan en la investigación de mecanismos y terapias cerebrales. Los investigadores de la universidad tienen experiencia en enfermedades neurodegenerativas, circuitos cerebrales y señales eléctricas, lesión cerebral traumática, medicina regenerativa y terapias de células madre, química medicinal y diseño de medicamentos, neuroinflamación y psicología.

“Gracias al apoyo de Jim Truchard, el Proyecto Oskar Fischer acelerará nuestra misión compartida de descubrir los misterios de la neurodegeneración a través de la participación de los pensadores más inteligentes del mundo”, dijo el presidente de la UTSA Taylor Eighmy.

Truchard agregó: “Realmente creo que la enfermedad de Alzheimer es multifacética; está relacionada con el estilo de vida, la herencia y la regresión cerebral. Es importante tener en cuenta todas las soluciones posibles. Este concurso reunirá a las mejores mentes del mundo para considerar toda la historia”.

La UTSA trabajará en estrecha colaboración con un comité interdisciplinario de destacados científicos de Texas para otorgar los premios Oskar Fischer. El llamado a propuestas comenzará en febrero de 2019 y continuará durante los dos años del plazo del proyecto.

Acerca de la University of Texas at San Antonio

La University of Texas at San Antonio (UTSA) es una universidad pública urbana especializada en la salud, la seguridad cibernética, la energía, la sostenibilidad y el desarrollo humano y social. Con más de 32 000 estudiantes, es la universidad más grande de la región metropolitana de San Antonio. La UTSA contribuye al conocimiento a través de la investigación y el descubrimiento, la enseñanza y el aprendizaje, la participación de la comunidad y el servicio público. La universidad adopta las tradiciones multiculturales y funciona como un centro de recursos intelectuales y creativos, así como un catalizador para el desarrollo socioeconómico y la comercialización de la propiedad intelectual para Texas, la nación y el mundo. Puede obtener más información en Internet, en Facebook, Twitter, Instagram o UTSA Today.

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